Balance del año que vivimos

Este es el momento de hacer un balance. Llegamos a fin de año, cansados, agotados, mucho por hacer, mucho por terminar, la sensación de «falta de tiempo», adaptándonos al calor y a todos los finales.

¿Qué significará esta sensación de agobio, pesadumbrez que parece ser medio generalizado. Se acercan tiempos de festejo y parece que perdimos la alegría, que todo nos cuesta el doble. ¿Qué nos falta? Si se tratara de escasez, ¿a qué nos referimos?

No existe una respuesta única y habrá que analizar cada caso en particular, incluso puedo ser que muchas personas no se relacionen con esta sensación de agobio y que puedan conectarse con la satisfacción de la labor realizada, con la alegría de estar cerca de sus seres queridos y que tengan ánimo de festejo. Felicitaciones a los que lo logran. Y a los que no, quisiera recordarles que esto tiene que ver con la percepción.

¿Qué elijo mirar y poner foco en esta época del año? Elijo mirar el vaso medio vacío o medio lleno. ¿Me concentro en lo que falta o en lo poco o mucho que logré? ¿ A qué le doy valor verdaderamente? ¿Cuál es la raíz profunda de mi insatisfacción?

Quizás este tipo de análisis nos pueda ayudar a cambiar el foco de nuestra percepción. También es momento de aprender a administrar mi tiempo efectivamente. ¿Qué es lo verdaderamente urgente y lo más importante? ¿Lo urgente me nubla lo importante? ¿Puedo pedir ayuda para encarar lo importante? Necesito relajarme y mirar las cosas desde otra perspectiva?

Cuando evalúo mi año, ¿ me critico sin piedad o tengo una mirada constructiva y pongo foco en todas las enseñanzas que este año me dejó?

Terminando con una frase de Mamerto Menapache, «No hay años malos. Hay años de fuertes aprendizajes.. 

 

Categoría : Artículos de Interes &Novedades

Deje su Comentario