EL MIEDO A REPETIR

EL MIEDO A REPETIR

Estamos finalizando el mes de febrero y muchos adolescentes tienen la angustia lógica de no saber si van a pasar de año.

Llegaron a esta instancia y los motivos son diversos: bajo rendimiento, desgano, falta de motivaciones, algunos por rebeldía y otros por el capricho de algún profesor que no los quiso aprobar. Esta situación puede generar nervios, ansiedad, fobia y depresión.

Desde ya que de alguna manera u otra la familia se encuentra involucrada lo que hace que esta carga sea más pesada. Las crisis surgen en las vacaciones, un espacio que tendría que servir para que todos los integrantes de la familia disfruten sin preocupaciones. Muchos padres presionan a sus hijos quitándoles ciertos beneficios y/o castigarlos si no aprueban la(s) materia(s) que tienen pendientes lo que, generalmente, juega en contra y en muchos casos se torna contraproducente para estos jóvenes.

Algunas veces los padres y los educadores no comprenden que, normalmente, el adolescente es inmaduro y no tiene conciencia de ello. Esta inmadurez está relacionada con la crisis vivencial y una de ellas es la que no tienen clara la noción del tiempo, ya que vive en tiempo presente. En este proceso es muy importante que el adolescente esté acompañado por su familia, especialmente de los padres que deben ser el sostén de sus hijos ya que estos necesitan hacer experiencia y aprender a ser adultos. Sin esta ayuda el adolescente se podría desorganizar, según lo explica la directora del área Adolescencia del Departamento de Niñez y Adolescencia de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA).

Podemos decir que, de acuerdo con la actitud que toman frente a los exámenes, existen varios tipos de adolescentes. Están los que se llevaron materias por dificultades (fundamentando en cómo impartió las clases el docente o en no tener los recursos metodológicos o cognitivos para acceder a esos conocimientos). Generalmente, éstos viven las instancias de examen con mucha ansiedad y con temor. Ponen el foco en sí mismos y en sus capacidades para afrontar esta situación.

Y por otro lado, están los que no tienen una actitud de compromiso con el estudio y en diciembre o febrero/marzo se presentan a rendir dando un manotazo de ahogado para no repetir el año. Normalmente, estos confían más en sus capacidades y esta seguridad puede ser una trampa pues, a veces, los contenidos que se estudian durante el año no se pueden procesar en poco tiempo. Si no tienen algún tipo de compromiso generarán en los padres la ansiedad y tomarán represalias, en muchos casos, a fin que el adolescente logre comprometerse con los estudios.

Muchas veces los adultos presionan mucho a sus hijos mediante los premios y castigos. Y otras veces, los padres se relacionan con situaciones de fracasos vividos en su pasado y que emergen cuando sus hijos son puestos a prueba en estas situaciones límites.

Es necesario que los adultos comprendamos el momento de crisis que está atravesando el adolescente, entender sus emociones y poner límites sin ejercer violencia. Debemos saber que en este estado de inmadurez propio de su crisis el adolescente tiene dificultades para comprender la perspectiva adulta. Es importante no castigarlo sino ayudarlo para que, paulatinamente, tome consciencia de la situación que está viviendo.

Hay tener en cuenta que son los hijos los que están implicados en el problema y por lo tanto deben asumir la responsabilidad antes los hechos y no involucrarse. Así podrán ayudarlos a transitar este momento asumiendo un compromiso. Acompañarlos, ayudándolos a organizar el material de estudio, la administración del tiempo, escuchar sus miedos e inquietudes será muy importante ya que ellos se sentirán comprendidos y aceptados.

Nos preguntamos: los adolescentes saben estudiar? Tengamos en cuenta que en la actualidad la tecnología y las redes sociales crean dudas pues estas herramientas suministran mucha información, esto en muchos casos es una desventaja sobre la obligación de estudiar puesto que se dispersan en el momento de buscar información.

Los especialistas recomiendan hacer una buena planificación de los tiempos de estudio en respecto de los contenidos que se deben estudiar, fijando horarios de estudio con objetivos específicos.

Es muy importante comprender lo que se estudia y hacer, por ejemplo, de acuerdo con la materia, ejercicios, síntesis, esquemas, etc. También es una buena técnica poder expresar los conocimientos tanto sea por escrito o en forma oral y entrenarse para poder desempeñarse satisfactoriamente en el momento del examen.

Qué pasa en las vacaciones? Los especialistas aconsejan que se fijen días y horarios y que el que tiene que estudiar sepa que ésa es su responsabilidad y no la de toda la familia. Es positivo que haya un intervalo en el cual la familia pueda disfrutar de actividades vacacionales sin sentir la presión de mandar a sus hijos a estudiar.

De todos modos, esta circunstancia afecta y moviliza la dinámica familiar. Por eso se podría buscar y respetar los espacios de recreación y esparcimiento para compartir en familia y en forma individual, tratando de consensuar qué hacer, cuándo y dónde mediante el diálogo, de modo tal que nadie sienta que pierde en forma excesiva.

Los padres tienen que estar cerca, acompañar a sus hijos sin reproches ni presiones, es decir, estar presentes.

Para evitar que los adolescentes carguen esta mochila durante todo el verano es esencial trabajar previamente para entender las razones que los llevaron a esta situación, conversar en familia para hallar las respuestas y evitar este tipo de crisis.

Fuente de información: Revista Viva – 10 de febrero de 2013

 

 

 

Categoría : Novedades

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